PRESENCIA DE MICOTOXINAS EN CEBADA CERVECERA (Hordeum distichum
L.) Y SU RELACIÓN CON HONGOS CONTAMINANTES[1]
Yiniveth Pedreschi[2]; Martha de Von Chong[3]; José Ángel
Herrera-Vásquez[4]; Rito Herrera[5]
RESUMEN
El estudio se enfoca en la identificación y
cuantificación de micotoxinas en cebada cervecera que se utiliza como alimento
para el ganado bovino criado en las instalaciones de Agro Biológicos de Panamá,
una empresa situada en el Hato de San Juan de Dios, en el distrito de
Aguadulce, provincia de Coclé. Se llevaron a cabo pruebas de cultivo con cuatro
tipos de muestra de cebada cervecera: semilla seca, semilla tratada con
desinfección previa, lixiviado y forraje, adicionalmente, se realizó un cultivo
microscópico del pasto forrajero. Se pudo categorizar a los hongos como de
almacenamiento. Se logró identificar géneros y especies que producen
micotoxinas, como aflatoxinas y ocratoxinas, principalmente, siendo los géneros
Aspergillus sp. y Penicillium
sp. los destacados en ambas
muestras analizadas. También se pudo identificar el género Trichoderma sp. Por otra parte, se llevó a cabo
una evaluación de los niveles de aflatoxinas antes y después de implementar
medidas adicionales de prevención, control y manejo de factores de crecimiento,
entre estos, temperatura, humedad y nivel de oxígeno, demostrando que el
tratamiento fue efectivo, ya que los niveles detectados no excedieron los
límites permitidos en Panamá. A partir de estos estudios se deduce que la
supervisión constante de estas medidas garantiza el progreso hacia la dirección
adecuada, donde se mantienen niveles mínimos o inexistentes de micotoxinas.
Palabras clave: Aspergillus, ELISA, forraje, Penicillium, Trichoderma.
PRESENCE OF MYCOTOXINS IN MALTING BARLEY (Hordeum
distichum L.) AND ITS
RELATIONSHIP WITH CONTAMINATING FUNGI
ABSTRACT
The study focuses on the identification and
quantification of mycotoxins in malting barley used as feed for cattle raised
at the facilities of Agro Biológicos de Panamá, a company located in Hato de
San Juan de Dios, in the district of Aguadulce, Coclé province. Culture tests
were conducted with four types of malting barley samples: dry seed,
pre-disinfected seed, leachate, and forage. Microscopic cultures of forage
grass were also performed. The fungi were categorized as storage fungi. Genera
and species that produce mycotoxins, such as aflatoxins and ochratoxins, were
identified, with the genera Aspergillus
sp. and Penicillium sp. being the
most prominent in both samples analyzed. The genus Trichoderma sp. was also identified. Furthermore, an evaluation of
aflatoxin levels was conducted before and after implementing additional
prevention, control, and growth factor management measures, including
temperature, humidity, and oxygen levels, demonstrating that the treatment was
effective, as the levels detected did not exceed the limits permitted in
Panama. These studies suggest that constant monitoring of these measures
ensures progress in the right direction, maintaining minimal or nonexistent
levels of mycotoxins.
Keywords: Aspergillus, ELISA, forage, Penicillium, Trichoderma.
INTRODUCCIÓN
Al hablar de la nutrición
animal, debemos comprender que esta tiene como objetivo satisfacer los
requerimientos nutricionales de los animales, en cantidad y calidad, para que
puedan de la manera óptima alcanzar los parámetros productivos y reproductivos que
su potencial genético les permite, según su especie y fase productiva (San
Miguel et al., 2018).
El ganado bovino, a pesar
de ser principalmente herbívoro, puede recibir diferentes tipos de
alimentación. Se les puede dar granos y forrajes, por ejemplo, alfalfa (Medicago
sativa), sorgo (Sorghum sp.),
maíz (Zea mays), cebada (Hordeum vulgare), ensilados, avena (Avena sativa) y diversos pastos (Portal
Braford, 2018).
La cebada es uno de los
granos más comúnmente utilizados en piensos para vacas lecheras y bovinos de
engorde. Debido a su alta digestibilidad ruminal, la cebada tiene altos valores
de energía metabolizable para los rumiantes (Biovet, 2019). Cuando se alimenta
a los animales con grandes cantidades de concentrado, el porcentaje de ácido
acético se reduce en un 40%, en cambio, el ácido propiónico aumenta más del
40%, incrementando la producción de leche, puesto que aumenta la cantidad de
glucosa proveniente del ácido propiónico (Fernández, 2011).
La salud de los animales
destinados al consumo humano está influenciada por una serie de elementos
claves que pueden afectar su bienestar y calidad de vida. Es fundamental
garantizar que los diversos aspectos de este ámbito se gestionen de manera
responsable y ética para proteger la salud de los animales y, a su vez, de los
consumidores.
A raíz de esta situación se hacen conocidas las micotoxinas a quien la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO,
2003), las describe como metabolitos secundarios fúngicos capaces de
desencadenar diversas alteraciones y cuadros patológicos en el hombre y los
animales (Abarca et al., 2000).
Su impacto en la salud de las personas, la productividad de los animales y el
comercio nacional e internacional genera una gran preocupación a nivel mundial.
Hasta el 2004 se habían detectado y clasificado más de 300 metabolitos
provenientes de hongos filamentosos, estas sustancias son producidas
principalmente por los géneros Aspergillus, Penicillium y Fusarium
(Olvera, 2021). Destacan micotoxinas tales como Aflatoxinas y Ocratoxinas,
siendo las más conocidas y estudiadas. La primera de estas es capaz de provocar
convulsiones, ceguera, caminata en círculos, ataxia, espasmos y temblores en
terneros (Cuéllar, 2021a), sin embargo, en los seres humanos pueden llegar a
reducir la inmunidad y a inhibir la proliferación celular y la síntesis de proteínas
(Moral, 2017). En segundo lugar, tenemos las ocratoxinas, capaces de generar
lesiones en los riñones y el hígado (Cuellar, 2021b).
En Panamá, existen dos
normativas importantes que regulan los límites de aflatoxinas en alimentos
destinados tanto para el consumo humano como para la alimentación de ganado.
Sin embargo, es importante señalar que, hasta la fecha, no se tiene
conocimiento de ningún documento oficial emitido por el gobierno panameño que
oficialice de manera concreta estas normativas. La primera de ellas por parte
de la Comisión del Codex Alimentarius estableció los niveles máximos de
micotoxinas en los alimentos, que son muy bajos debido a su gran toxicidad. Por
ejemplo, los niveles máximos de aflatoxinas establecidos en varios frutos secos,
granos, higos secos y leche están en el rango de 0,5 a 15 μg/kg (FAO, 2023). La
segunda norma conocida es establecida por el Gobierno Federal de los Estados
Unidos donde el límite máximo permitido de 20 ppb para aflatoxinas en alimentos
para humanos y vacas lecheras, en el caso, de leche para el consumo humano el
nivel es de 0,5 ppb (Villarreal & Vega, 2019). No se tiene conocimiento de
más normas u otro tipo de pautas en
nuestro país referente a otras micotoxinas, sin embargo, la Autoridad panameña
de Seguridad de Alimentos (AUPSA, 2009), a través del resuelto AUPSA - DINAN -
092- 2009, en su artículo 10 señala que esta misma entidad procederá a realizar
muestreos de los alimentos que ingresen al territorio nacional para el análisis
de entomología y otros análisis de tipo microbiológico, micotoxinas,
características organolépticas, fisicoquímicos y residuos tóxicos.
Esta investigación tuvo
como objetivo principal detectar y cuantificar micotoxinas en cebada cervecera
(Hordeum distichum L.)
para ganado bovino estabulado en el corregimiento de El Hato, distrito de
Aguadulce, provincia de Coclé. El estudio realizado tuvo como referencia a la
empresa Agro Biológicos de Panamá, la cual presentó inconvenientes con sus
cultivos por la presencia de hongos patógenos, lo que conllevó a pérdidas y
atrasos en la realización de sus proyectos.
A través de este estudio se
buscó detectar micotoxinas que son potencialmente peligrosas para el ganado
bovino, y que de manera directa afecta a los seres humanos al guardar una
estrecha relación dentro de la cadena alimenticia. Dentro de este marco, se
propuso aislar e identificar hongos productores de aflatoxinas y ocratoxinas en
alimento para ganado estabulado y, al mismo tiempo, caracterizar los
principales tipos de micotoxinas en alimento para ganado bovino estabulado. Se
utilizó una metodología de análisis microbiológico que incluyó el aislamiento e
identificación de diferentes morfotipos utilizando las claves de Watanabe
(2018), además, se aplicó el ensayo de inmunoadsorción ligado a enzimas
(ELISA).
Cabe destacar que Panamá
carece de información actualizada referente al tema señalado, debido a la falta
de estudios que caractericen las micotoxinas en el alimento de ganado bovino
estabulado.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este estudio se llevó a
cabo en el Laboratorio de Microbiología de AgroBiológicos de Panamá, situado en
el corregimiento del Hato de San Juan de Dios, distrito de Aguadulce, provincia
de Coclé, de febrero a mayo 2023. La ubicación geográfica
puede observarse en la Figura 1.
Se tomaron 10 g de muestras
de semillas de cebada cervecera en dos condiciones: semillas secas o sin
tratamiento previo y semillas que fueron sometidas a un proceso de
desinfección, el cual consiste en un lavado con cloro en gel, seguido de 18
horas en hidróxido de calcio (Ca (OH)₂). Vieira et
al. (2005) reportaron que esta solución posee un pH 12 altamente
alcalino que le confiere el poder de inhibir la actividad enzimática de los
microorganismos. Finalizado el tiempo mencionado se procedió a realizar un
lavado adicional con cloro líquido. Castillo et al. (2015) señalan en su investigación que este compuesto es
capaz de actuar como un fungicida. En último lugar, antes de cultivar las
semillas, estas se remojaron en peróxido de hidrógeno (H2O2).
En este sentido, hay que resaltar que, según Garmendia & Vero (2006), el
poder oxidante de este compuesto posee actividad antimicrobiana.
Las semillas fueron
sometidas a un lavado con agua desionizada previo a la ejecución de cada paso.
Se tomó en consideración los niveles de temperatura, oxígeno y humedad para
evitar el crecimiento de hongos y bacterias.
El forraje utilizado fue
producido a partir de semillas germinadas en bandejas de poliestireno, mediante
un sistema de cultivo hidropónico, mientras que, el lixiviado se obtuvo
recolectando el agua de riego que se filtraba a través de las bandejas de
cultivo de cebada cervecera, tomando muestras de 10 mL en vasos químicos de 25
mL. El cultivo de la cebada cervecera se realiza de manera hidropónica para
alimentar el ganado bovino lechero, controlando las variables de temperatura,
humedad, nivel de oxígeno del entorno, optimizando el crecimiento del cultivo,
reduciendo el consumo de agua y obteniendo cosechas durante todo el año.
1.
Análisis microbiológico externo
Para determinar los niveles
de contaminación presentes en las muestras, se realizó un examen diagnóstico
(Cuadro 1) como línea base para este estudio. El análisis utilizado fue bajo el método Oficial
AOAC 2001.06 (AOAC International, 2001), el cual ha sido validado y
estandarizado para garantizar resultados precisos y confiables en el análisis
de alimentos, productos químicos y demás. Es conveniente señalar que la
incertidumbre reportada corresponde a un nivel de confianza del 95% y un factor
de ampliación (K) de 2.
2.
Procesamiento de las muestras (Homogenización y
Diluciones)
Para procesar las muestras
de cebada cervecera tratadas y pasto forrajero, se pesaron 10 g de cada muestra
y se colocaron dentro de una bolsa estéril para preparar la solución madre.
Seguidamente, se añadieron 95 ml de agua estéril. Se agitó
manualmente para homogeneizar, de esta forma se obtuvo la dilución 10⁻¹. Posteriormente, se tomaron 10 mL de esta
dilución y se añadieron a un frasco que contenía 90 mL de agua destilada,
obteniendo así la dilución 10⁻². De la dilución 10⁻², se extrajo 1 mL y se transfirió a otro frasco
con 99 mL de agua estéril, logrando la dilución 10⁻⁴. A partir de esta, se tomó 1 mL y se añadió a
otro frasco con 99 mL de agua estéril, obteniendo la dilución 10⁻⁶. Por otro lado, se tomó 1 mL de la dilución 10⁻¹ y se incorporó a un frasco con 99 mL de agua
estéril, conformando la dilución 10⁻³. A partir de esta, se tomó 1 mL y se añadió a 99
mL de agua estéril, obteniendo la dilución 10⁻⁵.
Con la muestra del lixiviado se utilizaron 10 mL y se realizaron las
diluciones seriadas de esta muestra. Se analizaron las diluciones de 10-3 hasta 10-6.
Con ayuda de una pipeta estéril de 1 ml, se tomó 0,1 ml y se añadió a un plato
Petri con medio PDA + ácido láctico + cloranfenicol previamente preparado y se
procedió a esparcir (esparcidores plásticos estériles). Esto se realizó con
todas las diluciones de las cuales se efectuaron a cada una sus respectivas
réplicas.
3.
Análisis microbiológico
3.1. Aislamiento
El aislamiento de los
hongos se realizó a partir de los cultivos obtenidos de las diferentes
diluciones. Se procedió, utilizando una pinza estéril, a tomar un segmento de
hifas de cada cultivo correspondiente a cada dilución. Estos segmentos fueron
transferidos a nuevas placas Petri que contenían agar papa dextrosa (PDA) para
favorecer el desarrollo de cultivos puros. Las placas fueron incubadas a 25°C -
28°C, fueron revisados periódicamente para verificar la ausencia de
contaminantes y asegurar la pureza de los aislamientos (Estrada et al., 2025).
3.2. Caracterización de
morfotipos mediante el método de microcultivo
Para la identificación taxonómica se
realizaron montajes semipermanentes mediante el método de microcultivo. Esta
técnica fue adaptada en este estudio para optimizar la visualización de
estructuras fúngicas. La modificación consistió en utilizar una cámara húmeda
con papel toalla estéril en lugar de los palillos cortados tradicionalmente
empleados para sostener el cubreobjeto. El procedimiento fue guiado por el
protocolo descrito en el material práctico de la Universidad Nacional de
Formosa (2017).
4.
Ensayo por inmunoadsorción ligado a enzimas (ELISA)
La detección y
cuantificación de aflatoxinas se llevó a cabo mediante la técnica ELISA
utilizando el kit Veratox® para aflatoxinas (Neogen Corporation, 2018). Las
muestras de semilla seca y semilla tratada de cebada cervecera, así como, el
pasto forrajero fue triturado para su homogenización. Posteriormente, se
procedió con la extracción utilizando una solución de metanol al 70% (v/v),
siguiendo las indicaciones del manual del fabricante. Los extractos obtenidos
fueron filtrados y utilizados directamente en el ensayo.
La prueba se realizó en un lector de micropocillo EPOCH con filtro de 650 nm para obtener densidades
ópticas (D.O.). Las D.O. de los controles formaron la curva estándar, mientras
que las D.O. de la muestra se trazaron contra la curva para calcular la
concentración exacta de aflatoxina (Neogen Corporation, 2018). Todos los ensayos
se realizaron por duplicado, y los resultados fueron evaluados estadísticamente
mediante pruebas no paramétricas (Wilcoxon (1945), Kruskal-Wallis (1952) y
Shapiro-Wilk), debido a la distribución no normal de los datos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
1.
Análisis microbiológico externo
La aflatoxina supera el límite permitido (20 ppb)
establecido por el Gobierno Federal de Estados Unidos, tanto para humanos como
para vacas lecheras (Villarreal & Vega, 2019). En contraste, las demás
micotoxinas analizadas se encuentran muy por debajo del límite establecido para
cada una de ellas. Es importante tener en cuenta que los niveles detectados
están relacionados con el proceso de ensayo y error al que se sometieron las
muestras para su cultivo hidropónico, lo que puede afectar la precisión y
confiabilidad de los resultados. Tras obtener estos resultados, la empresa
decidió reforzar las medidas de seguridad en el área de producción, incluyendo
controles más estrictos como el uso de uniformes y equipos de protección
personal desechables. Los niveles de micotoxinas encontrados en el presente
estudio indican la importancia de seguir desarrollando estrategias efectivas de
control, y adoptar medidas preventivas para minimizar su impacto en la salud
pública, con la finalidad de garantizar la calidad y seguridad de los
alimentos. Durante este período, se optó por no utilizar estos cultivos para la
alimentación de las vacas, priorizando su salud y bienestar. Después de un
tiempo prudente, aproximadamente 6 meses, se llevó a cabo esta nueva
investigación para evaluar si las medidas implementadas habían tenido efecto.
2.
Identificación de especies fúngicas
La identificación
microscópica fue desarrollada con ayuda de las claves de Watanabe (Watanabe,
2018) (Cuadro 2).
Los aislamientos fúngicos
obtenidos a partir de las muestras analizadas pertenecen a géneros como Aspergillus,
Penicillium y Trichoderma, además de micelio estéril observado en
varias muestras (Cuadro 2)., en particular, dentro del género Aspergillius sp, se detectaron especies tal como Asp.
ochraceus en muestra de cebada forrajera observando su colonia oscura y
aterciopelada en medio PDA, así como vesículas globosas características con
conidios negros adheridos en cadenas radiales confirman su identificación. Así
como la especie Asp. niger en muestra de cebada cervecera (Figura 5). El
género Penicillium (Figura 2) estuvo presente en ambos tipos de
muestras, destacando la especie frequentans (Figura 3) en cebada
cervecera, mientras que, el género Trichoderma caracterizado por su
rápido crecimiento en PDA (A) (Figura 4) se observó en cebada cervecera
presentando conidióforos ramificados y
conidios elípticos de superficie rugosa. En otras muestras se observó micelio estéril con crecimiento denso y
filamentos ramificados, posibles estructuras esporulada encapsulada y
conidióforos ramificados con fiálides y conidios esféricos pigmentados, lo cual
sugiere la posibilidad de que cuya esporulación no se manifiesta en condiciones
estándar de cultivo.
Las cepas identificadas
corresponden a los géneros Aspergillus y Penicillium. En este
sentido, Moreno (1979) los clasifican en hongos de almacén debido a su
capacidad de infectar los granos con niveles de humedad relativamente bajos.
Además, Arce & Reyes (2021) señalan que estos dos géneros están
relacionados con la producción de micotoxinas. Para el género Aspergillus sp. se identificaron dos especies: A.
ochraceus, perteneciente a la sección Circumdati, y A. niger,
perteneciente a la sección Nigri, (Cuadro 2). Gómez et al. (2021) describen
este género como mohos filamentosos de distribución cosmopolita que participan
en diferentes procesos en la naturaleza.
Aspergillus ochraceus es conocido por ser un productor de
ocratoxina A (OTA), según lo señalan Ostry et al. (2013) y Perusia & Rodríguez (2017). Estos últimos
autores indican que OTA, a concentraciones moderadas es nefrotóxica, mientras
que a concentraciones altas puede ser hepatotóxica. Por otro lado, López et al. (2000), reportan que dicha
especie fúngica es productora dominante en climas tropicales y subtropicales.
Algo semejante ocurre A. niger, en donde Chuaysrinule et al. (2020), confirman que A.
niger es productor de OTA a una concentración de 25,2 ng/g. Por otro lado,
Ostry et al. (2013), reportan
esta micotoxina como carcinógeno completo.
Estos resultados respaldan
la afirmación de López et al.
(2000), de que estas dos especies de Aspergillus
son productoras de ocratoxinas. Se identificó como el segundo tipo de hongo de
almacén a Penicillium, logrando determinar una especie, P.
frequentans, en dos de las muestras estudiadas. Aunque esta especie no es
productora de micotoxinas, su presencia es un indicador de posibles
contaminantes en alimentos. Según Abarca et
al. (2000), el género Penicillium
tiene el potencial de producir OTA, mientras que Vargas et al. (2023) han asociado este género con la producción de
citrinina y patulina. Adicional, se identificó el género Trichoderma,
que podría haberse desarrollado producto de contaminación, ya que donde se
realizaron los cultivos fabrica productos biológicos y utiliza este género
fúngico.
En cuanto a micotoxinas, se
detectó la presencia de aflatoxinas en la muestra de pasto forrajero,
correlacionada con la presencia del género Aspergillus spp, y en las muestras de cebada
cervecera con Penicillium spp.
se identificó la posible producción de ocratoxinas, evidenciando así la
potencial implicancia toxicológica de los hongos aislados en los distintos
sustratos analizados (Cuadro 3).
3.
Ensayo por inmunoadsorción ligado a enzimas
(ELISA)
Se llevaron a cabo pruebas
durante los meses comprendidos entre marzo y mayo de 2023 con un intervalo de
15 a 30 días, utilizando la técnica de ELISA. Los datos obtenidos ofrecen una
visión detallada de la actividad inmunológica de las muestras analizadas. Según
la investigación, se encontró que en promedio hay 15,813194 ppb de aflatoxinas.
Se registró una reducción de 18,36806 ppb comparativamente con el estudio
llevado a cabo en 2022, de modo que, el enfoque riguroso en las medidas
preventivas y el monitoreo constante de las condiciones del cultivo han
demostrado ser clave en la reducción de contaminantes en los alimentos,
garantizando la seguridad alimentaria y la salud de los consumidores.
Al observar los datos de la
Figura 6, se puede apreciar que ambos tipos de semillas presentaron
concentraciones de aflatoxinas significativamente por debajo del límite máximo.
De manera similar, en la Figura 7, los resultados se mantienen dentro de los
límites establecidos. De forma inesperada, se produjo un cambio en los
resultados de las concentraciones en la Figura 8 y 9.
Cabe señalar que, las
semillas tratadas de cebada cervecera registraron valores que se aproximaron al
límite establecido, destacando que la muestra 2 excedió dicho umbral (Figura
8). En contraposición, las semillas secas exhibieron concentraciones inferiores
al límite permitido. En esta misma línea, los resultados de la Figura 9
evidencian que ambas muestras de semillas de cebada cervecera superaron el
límite máximo de 20 ppb fijado por el Gobierno Federal de los Estados Unidos
para esta micotoxina en alimentos destinados al consumo humano y a vacas
lecheras, según lo indicado por Villarreal & Vega (2019).
Estos resultados obtenidos
se encuentran por debajo del límite máximo permitido de 20 ppb establecido por
el Gobierno Federal de los Estados Unidos para esta micotoxina en alimentos
para humanos y vacas lecheras, tal y como lo señalan Villarreal & Vega
(2019) en su estudio. Por lo tanto, se demuestra la efectividad de un
tratamiento que utiliza tres compuestos, siendo el primero de ellos el cloro.
Un estudio realizado por Wu et al.
(2000), muestra que el cloro es capaz de reducir 6 log10 UFC/g la carga de Shigella
sonnei en hojas de perejil al sumergirlas en una solución de 200 ppm de
cloro libre durante 5 minutos. En otro estudio, se utilizó peróxido de
hidrógeno (H2O2) al 5% durante 2 minutos, lo que provocó
una reducción de 3,010 UFC/cm2 en la carga de Salmonella sp. (Ukuku, 2004). Por otro
lado, se utilizó hidróxido de calcio (Ca (OH)₂), el cual es un agente desnaturalizante de
proteína y bactericida debido a sus grupos H+ y OH+
disociados. En este sentido, se conoce que los hidróxidos son más efectivos por
su alta disociación, lo que permite al catión metálico ejercer una acción
tóxica directa, según lo señalado por Calderón (2005).
Para determinar la
concentración final de aflatoxinas, obviando los datos negativos, se aplicó la
prueba Wilcoxon, una prueba no paramétrica que compara el rango medio de dos
muestras relacionadas y determina si existen diferencias entre ellas (Wilcoxon, 1945), en conjunto con la prueba
Kruskal-Wallis, la cual busca establecer si un conjunto de datos proviene de la
misma población (Kruskall y Wallis, 1952), cuyos resultados se presentan en la
Figura 10. Demostrando que no hay diferencias significativas en la
concentración de aflatoxina entre la semilla tratada y semilla seca (Z= 1,81,
p= 0,0705).
En cuanto a los promedios
de cada muestra, se observa que la semilla seca presentó una concentración de aflatoxinas
menor (8,355 ± 9,5725) en comparación con la semilla tratada (23,5908 ±
9,5725). Por otro lado, se observó que la variación (27,36265 ppb) indica que
las concentraciones varían considerablemente entre ellas. Adicionalmente, la
mediana (RIC) obtuvo un valor de 0,02885377 (0,0 – 28,42) ppb. También, se
realizó la prueba de Shapiro-Wilk debido a que se trabajó con datos no
normales, con la finalidad de comparar las medias de ambos tipos de semillas,
obtenido resultados de W= 0,617400, p= 0,00002373509084 (no normal).
CONCLUSIONES
·
Los aislamientos fúngicos realizados se agruparon
en hongos de almacenamiento, basado en sus características morfológicas y
microscópicas, como Penicillium sp.
y Aspergillus sp.,
quienes se destacan por ser productores de aflatoxinas y otras micotoxinas.
·
En cada muestra analizada de semilla de cebada
cervecera y cebada forrajera se encontraron los géneros y especies Aspergillus
ochraceus, Penicillium frequentans, Aspergillus niger, simultáneamente, se
identificó Trichoderma sp.
·
Se logró reducir los niveles de aflatoxinas por
debajo del estándar establecido por las autoridades federales de Estados Unidos
para la comida, tanto para humanos como para vacas lecheras, gracias a las
medidas implementadas en el presente estudio.
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[1]Recepción: 12 de
febrero de 2025. Aceptación: 11 de julio de 2025. Proyecto 501. B.03.12. IDIAP,
SENACYT, AgroBiologicos de Panamá.
[2]Universidad de
Panamá. Centro Regional Universitario de Azuero. Licenciatura en Biología.
e-mail: yiniveth.pedreschi@up.ac.pa ; ORCID iD: https://orcid.org/0009-0002-7866-4125
[3]Universidad de
Panamá. Centro Regional Universitario de Coclé. Departamento de Microbiología.
e-mail: martha.chaves@up.ac.pa ; ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-1087-4196
[4]IDIAP. Centro de
Innovación Agropecuaria Divisa (CIAD). Miembro Sistema Nacional de
Investigación (SNI). Ph.D. Virología Vegetal. e-mail: joshervs11@gmail.com ; ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-8437-5920
[5]IDIAP. Centro de
Innovación Agropecuaria Recursos Genéticos (CIARG). Ph.D. Microbiología.
e-mail: rhhv76@yahoo.es ; ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2509-0391